Transoxiana 1 - Junio 2000 |
Introducción
Breve Contexto Historico
Ideologia de "El Visionario"
Hagop Melik Hagopian: Raffi
Bibliografía
La mayor parte de la acción se desarrolla en una aldea armenia, denominada X, en la provincia de Bakrevant. Otros escenarios son la ciudad de Bayazid y la antigua Vagharshabad.
Como se trata de una obra extensa, nos encontramos con una gran cantidad de personajes. A continuación daremos algunas breves características de los más relevantes para luego sí introducirnos en el argumento de esta historia.
Vartán es el personaje principal. Se trata de un joven contrabandista armenio ruso, astuto, valiente, inteligente y muy sensible. Encarna al luchador en favor de la liberación de su gente. Se va a enamorar de Lala, una joven armenia.
Tomás Efendi es armenio y es la contracara de Vartán. Es el deshonesto y vanidoso recaudador de impuestos de la aldea. Celoso de poder hasta el punto de volverse en contra de su propio pueblo, se va a refugiar en el poder de turno de los turcos, humillando a los campesinos. Es un personaje muy cruel y astuto.
Jacho es un viejo campesino armenio viudo, el más rico de la aldea X, muy trabajador. Es un hombre amable pero cobarde: prefiere ver cómo se aprovechan los kurdos [Kurdos: pueblo indoeuropeo, convertido a la fe musulmana, asistentes militares de las tropas otomanas para el control interno ] de sus riquezas antes que defender lo suyo, aceptando la situación con resignación pues no quiere problemas. Es el padre de cinco muchachos muy enérgicos y de una bella joven a quien hace vestir como varón para protegerla de los kurdos y que no padezca lo mismo que le ocurrió a su otra hija Sona, quien fue robada del hogar paterno. Junto con sus hijos, nueras y nietos habitan una gran casa de la aldea.
Stepanik (Lala) es la bella hija de Jacho. Su madre murió al darla a luz. Obligada por su padre, debe vestir de varón y comportarse como tal para evitar que los kurdos se la lleven. Su gran pena es cargar con su secreto. Se va a enamorar de Vartán, a quien le pide que la ayude. Levón Salmán es un joven armenio de Constantinopla con fuertes convicciones, que busca el despertar de los campesinos, cansado de las discusiones "eternas" en bares de la ciudad, alejada de la vida en el interior del Imperio. Es intrépido, enérgico, valiente y luchador.
Fattah Bey es un jefe kurdo, padrino de Stepanik; por estar vinculado a la familia de Jacho, conoce el secreto y va a tratar de casarse con la joven. Es muy ambicioso y no duda en abusar de la debilidad del viejo Jacho viviendo de lo que se lleva de la casa del anciano y del saqueo.
Melik Mansur es otro armenio, contrabandista de armas, muy valiente y astuto, con ideas revolucionarias, que busca el accionar del pueblo.
Sara es la nuera de Jacho que cuida de Stepanik y será, en muchas ocasiones, su único sostén.
El Reverendo Der Maruk es quien representa al clero en la aldea X. Pero se preocupa más por sí mismo y por sus asuntos financieros que por su propio pueblo.
Los hijos de Jacho son cinco, como ya lo señaláramos. Son trabajadores y fuertes pero no comparten las mismas ideas. Hairabed y Abo se destacan por su interés en querer cambiar la situación de los campesinos armenios y buscar el bien de su hermana.
La historia está centrada alrededor de una familia campesina armenia de muy buena posición económica que, dentro de las posibilidades, llevaba a cabo una vida tranquila. Aunque de vez en cuando debía tolerar las "incursiones" kurdas al mando de Fattah Bey - cuyos hombres se llevaban mulas de la familia cargadas con alimentos y provisiones obtenidos con el esfuezo diario de los integrantes de la casa de Jacho-, había cierto acuerdo entre las dos partes: manteniendo a los kurdos, el hombre más rico de la aldea se aseguraba cierta paz, sin saqueos violentos, sin raptos de las mujeres de la casa.
Poco a poco, las desgracias comienzan a acechar a la familia de Jacho, desgracias no ajenas a las circunstancias políticas del momento. La opresión turca iba en aumento; no solo los musulmanes estaban en contra de los armenios sino que algunos armenios, como Tomás Efendi, se acomodaron con el gobierno en búsqueda de su propio beneficio y seguridad, sin importarles humillar a su propia gente. La guerra ruso turca de 1877-1878 debilita al Imperio; los impuestos del campesinado aumentan y van a ser los armenios quienes van a mantener al ejército turco con su trabajo y dinero. Como consecuencia de ello, muchas aldeas son destruídas, sus habitantes deportados, se sucederán matanzas y devastación. En medio de la opresión surge un grupo de jóvenes con deseos de revertir la situación por medio de las armas, dando la vida por defender a su pueblo. Entre ellos se va a destacar Vartán, quien es un enérgico luchador por dos causas: la liberación de su pueblo y el amor por Lala.
Así pues, Raffí, al mismo tiempo que nos relata la vida en una aldea armenia bajo dominio turco -con los sufrimientos de su gente y su resignación [Cabe señalar que Raffí viajó mucho por el interior de Armenia publicando artículos sobre la vida cotidiana en las aldeas armenias de Persia. Ver datos del autor.], en un contexto histórico específico como lo es la guerra ruso turca de 1877, también nos relata otra historia, no menos trágica ni menos dolorosa; una historia de amor entre dos jóvenes, llenos de ilusiones y de esperanzas. En la ciudad de Vagharshabad, atestada de gente enferma, vagabunda, que debe huir de sus hogares dejando todo atrás como consecuencia de la guerra, Vartán busca desesperadamente a Lala. Los dos enamorados, finalmente, están muy cerca, se anhela el reencuentro, el fin de los sufrimientos de ambos seres... Sin embargo, Vartán (y el lector) se enfrentan con una cruda realidad.
La traducción más correcta del título original en armenio de esta novela ("Gent") sería "El Loco", aunque se la ha traducido como "El visionario". Según leemos en la obra, Vartán es el loco:
"Tanto en la aldea, como en la región aledaña, todos lo conocían como el Loco Vartán. (...) No sabía fingir. Vartán se oponía a la superstición y a los prejuicios, a los títulos, privilegios y honras. Tenía una manera franca de hablar y le decía a cualquiera, en su propia cara, lo que pensaba. No escondía tampoco sus propias faltas, las confesaba. A personas así, la gente, por lo general, las considera raras. Los hombres exigen que el ser humano tenga una estructura exterior totalmente distinta de la interior y, aborrecen al que habla sin tapujos" [ Raffi, "El visionario", (Gent), ed. Methopress, Bs. As., 1968, p. 87]."El Visionario" podría estar haciendo alusión a la visión final que tiene Vartán sobre una Armenia nueva, sobre el renacimiento de su pueblo [La novela no es totalmente ficticia, dado que los protagonistas son reales. En una nota al pie (no traducida al castellano), el autor dice:
"El nombre del joven era Samsón pero del héroe de mi novela yo creé un tipo especial, aunque con eso me aparté un poco de la verdad histórica, pero que se me perdone si he sacrificado la verdad en aras de la libertad poética" (Raffí, Jente (en armenio), Viena, 1905, 15).
Samsón Ter Ghazarián murió en 1911. Su tumba (con la inscripción "Vartán",
"El loco") y la de Lala (con su nombre por toda inscripción) se conservan en
el patio de la iglesia de Santa Gaiané, del siglo VII, en la ciudad de
Vagharshabad (ex Echmiadzín). (Nota realizada por Vartán Matiossian)].
Debido al debilitamiento turco, Europa -especialmente Austria y Rusia- le fueron quitando territorios a éste, llevándose a cabo un desarrollo de la propaganda austrorusa. En 1806 se desató una guerra entre Turquía y Rusia; logró ésta última grandes avances en territorios armenios y en la zona de los Balcanes, especialmente entre 1808 y 1811. Pero Rusia debió retirar sus tropas ante problemas internos, "abandonando" a los armenios deseosos de liberarse del yugo turco. Así, en 1812, con el Tratado de Bucarest, se devolvió lo conquistado por los rusos.
Entre 1814 y 1825 se organizó el territorio; surgieron conflictos entre persas y rusos por el comercio y en el Imperio Turco se desarrolló el fanatismo religioso. En Rusia había inestabilidad por la muerte del zar Alejandro I, quien fue sucedido por su hermano Nicolás I. En cuanto a Persia, ésta también tenía problemas: Se llamó a una guerra santa contra los rusos. Un oficial persa invadió Karabaj, apoyado por los musulmanes de la zona. Armenia y Georgia, por su parte, apoyaban a los rusos (había oficiales armenios en el ejército).
Debido al avance ruso y a través del Tratado de Turkmenchai (1828), Ereván y Najicheván quedaron bajo su dominio, logrando el derecho exclusivo de navegación en el Mar Caspio. Cien mil armenios residentes en Persia abandonaron sus hogares para trasladarse a la Armenia rusa.
Por su parte, Turquía fue presionada por las potencias extranjeras ante el avance ruso. La paz de Adrianópolis, de 1829, consideró en pequeños puntos a los armenios; muchos pasaron de jurisdicción otomana a rusa. Debido a que Rusia llegó muy adentro de Armenia, se reorganizó el territorio, pero en muchos casos los rusos se vieron forzados a retirarse por cuestiones diplomáticas. Pese a ello, hasta 1840, Armenia oriental formó parte de Rusia como provincia; luego fue dividida en dos gobernaciones administrativas.
En 1877 tuvo lugar una nueva guerra ruso turca motivada por el intento de Rusia de tomarse la revancha por la guerra de Crimea (1853) que le había costado la devolución de territorios conquistados y el abandono del protectorado de los cristianos del Imperio Otomano. El dominio del mar quedó para los turcos. La dirigencia armenia de Constantinopla expresó su lealtad al Sultán, acción criticada por el resto de los armenios. Pero la paz llegó con el Tratado de San Stéfano, el 31 de enero de 1878, por el cual Rusia consiguió mayor influencia en los Balcanes, ganancias territoriales y se abrieron los estrechos. La presión de la potencias europeas, especialmente de Gran Bretaña, tuvo como consecuencia la revisión del tratado en el Congreso de Berlín. Así es como surgió el Tratado de Berlín, que revé en el Artículo 61 el Artículo 16 del tratado anterior (que otorgaba a Rusia el control de gran parte de la Armenia occidental). Como consecuencia de ello, Rusia se quedó con poco y tuvo que retirarse de gran parte de lo conquistado.
Los armenios se irán dando cuenta de que ni Europa ni Rusia están dipuestas a ayudarlos. Así pues, surgirá la prédica de obispos y literatos acerca de un despertar nacional. No se trató solamente de la búsqueda de la liberación política sino de defender a todo un pueblo. Cabe aclarar que aunque Armenia económicamente fue una provincia muy atrasada, el impacto de la conquista rusa en el plano cultural desató el desarrollo de la intelectualidad, así como el modelo francés influenció el pensamiento político, sobre todo en la Armenia occidental.
Ahora bien, con respecto al movimiento de rearmenización de la Armenia oriental y sus ideas nacionalistas, fueron muy distintos de Armenia occidental. Este último movimiento se formó en Constantinopla, ámbito desconectado de lo que ocurría en el interior. Era incomprensible para la elite de literatos armenios la literatura regional de los escritores de las provincias, que revalorizaban el folklore y eran autodidactas sin formación europea. Los poetas y escritores que cantaban la gloria del pasado rechazaron el presente servil. En Armenia oriental, la lejanía de los grandes centros urbanos, la precariedad de las comunicaciones, el conservadurismo y las tensiones ruso-persas y ruso-turcas con relación a los territorios armenios, contribuyeron al problema patriótico, que fue el denominador común de los poetas. El pionero del renacimiento cultural de la mitad del siglo XIX en Armenia oriental fue Jachatur Abovián (1809-1848).
En cuanto a Raffí, escritor también de la Armenia oriental, siendo contemporáneo menor de Abovián, estampó con rasgos indelebles su impronta rebelde en el alma nacional.
- Falta de reacción frente a la opresión turca y la resignación con que el armenio acepta su situación de "inferior": Uno de los hijos del viejo Jacho le dice a sus hermanos
"(...) hace poco un monje (...) me relató cómo cada vez que nuestro país era invadido por enemigos, los armenios, en vez de enfrentarlos con espadas o fuego, iban a su encuentro con grandes presentes, bandejas llenas de oro. Ellos nos enseñaron a sobornar al enemigo en lugar de castigarlo, a dar la casa para salvar la cabeza" [Op. cit. p. 117],a lo que uno de sus hermanos agregó:
"(...) un error que se ha convertido en una tradición durante siglos necesita otros tantos años para poder ser rectificado. Vaya uno a hacerle comprender al pueblo que se puede tratar al enemigo de otra manera! (...) te tomarán por un loco, se mofarían de su insensatez" [Op. cit. p.85].La falta de reacción del pueblo tiene que ver pues, con la resignación de los labradores activos, que sienten que "la lanza del kurdo da más resultado que el arado y el pértigo"; son los armenios los que sudan y los kurdos los que comen; los armenios poseen a las hermosas mujeres para que los kurdos y turcos luego las disfruten.
"Todo lo mejor no es para nosotros. Somos indignos de algo bueno" [Op. cit. p.35].Indudablemente esta falta de reacción no se produjo de un día para otro, ni específicamente debido a la política de opresión turca. Indudablemente, el bastión natural que conformaban las montañas y territorios de la Armenia histórica han sido desde épocas tempranas motivo de invasiones de otros pueblos con el fin de apoderarse de esa región tan estratégica [Der Nersessian, Sirarpie, "Los armenios", Akian, Buenos Aries, 1987, p. 32]. Incluso, en muchas ocasiones Armenia pasó a ser un Estado que servía de valla entre dos poderosos imperios rivales, como lo fue en época antigua, con el Imperio romano y el de los Partos, pero que luego continuó sucediendo con respecto a los nuevos imperios que sucedían al poder anterior. Así, cuando Partia desaparece se van a enfrentar Roma y Persia. En el siglo Vd, Bizancio, heredero de Roma, contra Persia, etc. Como consecuencia de ello, se sucedieron invasiones, guerras, despoblamiento de armenios, intentos de asimilaciones religiosas, divisiones territoriales por lo que la población quedaba repartida entre dos poderes extranjeros distintos. Todo ello provocó un gran debilitamiento en Armenia y una fuerte decadencia de las fuerzas militares y de su conducción política. Así pues, lo que Raffí plantea es un problema que no es novedoso para su pueblo.
- La desunión imperante entre los armenios que debilita su conciencia de
pueblo:
La desunión entre los armenios es comparada en la novela con su contracara:
la unión kurda. Entre los pueblos nómades del desierto, como el de estos
últimos, fue desde siempre muy común el respecto por el grupo ya que la mutua
ayuda permitía la supervivincia de todos. Si algo le pasaba a un miembro del
clan, toda su gente lo vengaba, todos tomaban partido en el asunto ya que el
agravio, el asesinato o el deshonor caí sobre todos. En cambio, entre los
armenios:
"La desunión, las luchas intestinas, la envidia y la enemistad, han anidado en nuestro corazón desde hace tiempo y estamos sufriendo las consecuencias. El kurdo no es culpable. Si entre nosotros hubiese unión, si nosotros tuviésemos valentía (...)" [Op. cit. p. 384].Armenia no solo sufrió invasiones extranjeras sino que también se enfrentó, a lo largo de su historia, con procesos de desintegración nacional durante períodos de relativa paz, que la llevó en muchos casos, a perder su independencia. Los señores feudales, en muchos casos tomando el título de reyes, sobre todo en el siglo X, cuidaban cada uno de sus terrritorios, no había pues una autoridad central por lo que, ante una amenaza extranjera, los armenios se encontraban muy desprotegidos
- La hipocresía de algunos armenios dipuestos a traicionar a su pueblo,
colocándose del lado de los turcos, trabajando para ellos:
La hipocresía de Tomás Efendi, el recaudador de impuesto de la aldea X, se
hace más que evidente cuando presenta a Jacho el nuevo "firmán", decreto
imperial, que el Sultán le había enviado. Se lo ofreció para que lo leyera ya
que le quería demostrar que él cumplía estrictamente con su obligación de
servir al Imperio en cuanto a hacer todo lo necesario para exigir el pago de
los campesinos. Pero lo que le enseñó a Jacho era una hoja colorada impresa
son mayúsculas de gran tamaño, un cartel de teatro anunciando una función. El
anciano al no leer turco creyó en Efendi y ante su imposicón, besó el
"firmán" y fingió leerlo. A Tomas Efendi poco le importaba el destino de los
armenios, sino que buscaba explotar la pobreza de su gente a la que parecía
querer hundir más en las tinieblas.
- La indiferencia, cobardía, el miedo a la muerte aún ya "estando
muertos":
Se percibía la desgracia ajena pero cada cual aguardaba su momento fatal.
Llegado un punto,
"(...) el hombre es capaz de perder todo sentimiento de compasión hacia su compañero, simplemente porque no puede hacer nada por él" [Op. cit. p. 393.]La muerte, las matanzas llegaron a ser algo común para los armenios. Advertimos esto en la novela cuando se relata el sitio de Bayazid y cuando Raffí nos ilustra la situación en Vagharshabad, ciudad que albergó a los perseguidos por la espada turca.
- La indiferencia del clero:
El clero, tal como nos los describe Raffí, se encuentra sumergido en sus
propios asuntos y no se interesa por la cuestión armenia. Así, el reverendo
de la aldea X se preocupa por el dinero que no ha podido cobrar por sus
servicios prestados a los pobres campesinos. Por su parte, los monjes del
convento de Vagharshabad llevan a cabo luchas intestinas por lograr un
obispado al punto de dejar de lado las propias convicciones en busca del
ansiado poder. El joven Vartán había sido monje, pero había abandonado el
monasterio; años más tarde, cuando vuelve a entrar en él por otras
circunstancias, nuevamente siente la hipocresía de los monjes, alejados de
las necesidades del pueblo, dedicados a la vida lujuriosa y a la bebida,
capaces de llevar a cabo una gran comilona en un bosque frondoso mientras a
pocos metros de ellos cientos de refugiados morían de hambre o enfermedad.
Debemos señalar que Armenia adopta el cristianismo como religión de Estado en el año 301 d.C. (según algunos, el 314 d.C.) siendo San Gregorio el Iluminador el primer Patriarca de la Iglesia armenia. Hacia el 405, con el fin de facilitar la evangelización del pueblo, Mésrop Mashtóts creó el alfabeto armenio, que fue la pieza fundamental de la Iglesia cristiana Armenia ya que lo primero que se tradujo fue la Biblia. También contribuyó a la fijación de la identidad armenia.
En muchos momentos de la historia armenia, especialmente cuando los armenios carecieron de una autoridad política fuerte, la Iglesia ha jugado el papel de máxima autoridad religiosa y secular, siendo el Katolikós -la máxima autoridad eclesiástica- la cabeza de la nación, cumpliendo con dos roles: el religioso, espiritual y el nacional, punto de referencia de los armenios. Paulatinamente, la Iglesia armenia se va a preocupar mucho por lo nacional dejando de lado su carácter doctrinario. Durante mucho tiempo también, va a ser la iglesia la que se ocupe de la cuestión cultural en Armenia pero debido a problemas internos y por la relación conflictiva con la Iglesia católica, sobre todo a partir del siglo XV y XVIII, la iglesia Armenia se fue alejando de las necesidades de su gente, y la brecha entre los fieles y las autoridades eclesiásticas se fue haciendo mayor, así como creció la desprotección de los armenios que se encontraron sin autoridad política fuerte y sin la contención por parte de su iglesia nacional.
Raffí propuso como solución para el problema armenio que el pueblo se armara y muriera luchando, si fuese necesario, como habían hecho los pueblos eslavos y balcánicos. Es por ello que los personajes claves de "El visionario" son enérgicos, emprendedores, luchadores. Pero bien sabía nuestro autor que mientras las leyes turcas no reconocieran el derecho de los armenios a ejercer la propiedad de las tierras que trabajaban no habría solución posible. Era necesario obtener las garantías de seguridad jurídica y el reconocimiento a los armenios de armarse y defenderse de los kurdos. Era hora de que el pueblo reaccionara; los dirigentes debían insuflar en la gente el derecho a la libertad. Para ello, Raffí sostenía, junto con otros escritores contemporáneos a él, que había que educar a los campesinos de las aldeas, darles instrucción, combatir la ignorancia que los estaba hundiendo. Además, se necesitaban armas para la organización de la defensa del pueblo y el desarrrollo de la conciencia nacional. Así, en la novela, Melik Mansur va a ser presentado como un buhonero cojo que recorre las aldeas ofreciendo sus mercancias. Sin embargo, a escondidas entre sus cosas, traficaba armas para la rebelión.
Hacia el final de esta historia nos encontramos con un preanuncio del surgimiento de caudillos armenios al frente de su gente. Este preanuncio Raffí nos lo presenta con un sueño-visión que tiene Vartán al enterarse de la muerte de su querida Lala. Llorando sobre su tumba, el joven pierde la conciencia. De pronto, se encuentra en una aldea X muy distinta de la que él conoce, han pasado doscientos años. Se trata de una aldea pacífica, armoniosa, con gente feliz; no existe ya la amenaza kurda. Desde lejos percibe las campanadas de la iglesia que llaman a misa y, por primera vez, siente en su corazón el fervor religioso. Hay muchas imágenes y símbolos en este capítulo que parecen contener los ideales de Raffí: la paz, el trabajo, la educación, la existencia de máquinas que realizan el trabajo de cien hombres.
"La felicidad del campesino (...) no consiste tanto en el trabajo contínuo y pesado, sino en saber trabajar y emplear medios para hacer fácil el trabajo y lograr una mayor y mejor producción" [Op. cit. p. 150].Vartán se va a encontrar con sus compañeros de lucha que siguen conservando su misma valentía y fuerza de empuje, también va a cruzarse con Tomás Efendi, pero con un Efendi muy distinto al que conocía, que "era hijo legítimo de su época, pero el tiempo ha cambiado". Al volver en sí Vartán se da cuenta de que todo ha sido un sueño, de que en la tumba sobre la cual yace está enterrado su propio corazón. Tristeza. Soledad. Muerte.
"He aquí una planta silvestre que no trabaja ni se esfuerza, ni tiene raíces en el suelo, apresando en sus garras a una planta frutal, civilizada -por decirlo así-, se alimenta gratuitamente a costa de ésta, chupándole ávidamente su savia, su vida, hasta que la mata."Los escritores que se comprometen con la historia de su pueblo y de su gente reflejan en sus obras sus propias ideas y convicciones, y en algunos de sus personajes vuelcan su propio anhelo: fantaseando con él jugarán a crear una nueva realidad.
Como ya hemos visto, Raffí en "El Visionario" nos presenta la situación del pueblo armenio oprimido por los turcos, tiñendo con melancolía y dolor los oscuros pasajes de una historia que necesita ser cambiada. A través de su obra, plantea la necesidad de modificar la mentalidad del común de la gente mediante la lucha armada plasmando su mensaje en las páginas de una novela extensa pero de ágil lectura. Pese a que la historia de amor que se va desarrollando paralelamente a los acontecimientos, es de carácter trágico (al fin de cuentas, se trata de un gran amor), la figura de Vartán encarna al ideal del luchador. Así pues, hacia el final de la novela aflora una tenue luz; pero Raffí no se engaña: solo la unión, la lucha y las fuertes convicciones podrán hacer que esa pálida luminaria se convierta, nuevamente, en fuente de vida.
-RAFFI, El Visionario, Methopress, Buenos Aries, 1968.
-OHANIAN, P., La cuestión armenia y las relaciones internacionales, Akián, Buenos Aires, Tomo I.
-DER NERSESSIAN, SIRARPIE, Los armenios, Akian, Buenos Aires, 1987.