Transoxiana 6 - Julio 2003 |
Original en inglés en transoxiana.org/0106/venetis-mozoor_christianity_parthian_empire.html
El período Parto es una parte especial de la historia Irania caracterizado por algunos rasgos particulares que son raramente encontrados en otros periodos. Los Partos, quienes conquistaron el Imperio Seléucida (3ª. cent. a.C.), heredaron y preservaron un vasto imperio, tanto en extensión como en instituciones y costumbres. La región de Occidente y Asia Central fue el centro de la creación y desarrollo de un nuevo marco cultural con un fuerte carácter Greco-Iranio. El logro cultural se encuentra en cada plano de la vida en los periodos Helenísticos y Partos, y la vida religiosa no fue una excepción.
Durante las cinco centurias de la dominación Parta hubo una variedad de sectas religiosas y una libertad política de los gobernadores Partos respecto al culto a diversas divinidades con características Greco-Iranias (1). La disminución de la influencia de la religión zoroastriana en la era Helenística continuó durante el gobierno Parto. El elemento principal de su política religiosa fue la tolerancia de todas las sectas (paganismo, Judaísmo, Cristianismo, etc.) y la libertad en las prácticas de las costumbres religiosas de sus ciudadanos. Sin embargo gradualmente, en las primeras dos centurias d.C., hay una política positiva de la monarquía Parta para la religión zoroastriana. Esta actitud de los Arsácidas está conectada con sus esfuerzos por restablecer, en parte, los elementos Iranios en cada una de sus actividades (administración, producción literaria, etc.). Sin embargo el restablecimiento de la cultura Irania del período Aqueménida no fue logrado en el período Parto.
Por otro lado, Partia creó la fase transicional que conduciría desde la variedad, tolerancia e igual co-existencia de las culturas Irania y Griega hacia el desarrollo de una nueva ideología para el fortalecimiento de los elementos de la cultura Irania y un rol importante de los Iranios en la escena política de Asia Occidental. Esta idea se materializaría con el surgimiento de los Sasánidas (224/6 d.C.) (2) La restitución del Zoroastrismo a la posición de única religión oficial del Imperio Sasánida fue el resultado de un largo proceso que tuvo que comenzar durante el período Parto Tardío. Bajo estas circunstancias, el desarrollo y gradual fortalecimiento de la religión Cristiana en el Imperio Parto fue un evento que conduciría a un conflicto con el clero Zoroastrico.
La difusión y desarrollo del Cristianismo revolucionario dentro de las fronteras de Partia tomó lugar simultáneamente con los esfuerzos misionarios de los Cristianos en otras regiones del mundo conocido (3). El Cristianismo, al igual que todas las nuevas sectas religiosas, necesitaron una larga permanencia con el objeto de crear su propia identidad, limitando la influencia de las otras tradiciones religiosas y presentando el motivo necesario para su propia vía independiente. De todos modos hasta el momento en que fueron adquiriendo su propia posición como una religión respetable, la imagen del Cristianismo fue vaga en el Imperio Parto como fue también en el Romano Tardío.
El nuevo credo fue distribuido a los Imperios Romano y Parto, no como una nueva religión independiente sino como una herejía, y la Vida de Jesús como un fragmento incidental de la historia y la religión del Judaísmo. En su primera etapa el Cristianismo no tuvo la validez de un poder religioso establecido pero fue manejado con dudas y desconfianzas, como una nueva secta religiosa dentro de una nueva sociedad. Mientras que las condiciones para los Cristianos en el Estado Romano fueron negativas (4), la situación fue diferente en el Imperio Parto. (5) Las fuentes para la divulgación del Cristianismo entre la población irania en las primeras centurias son raras. Según los Hechos de los Apóstoles , la primera referencia en cuanto al primer contacto de los Iranios con la nueva religión tomó lugar en el Día de Pentecostés (6) Tomando en consideración el texto de los Hechos de los Apóstoles, es fácil entender por qué la población Irania llegó tan rápido a conocer la nueva religión y así adoptarla. Además, los muchos elementos acerca de la geografía del Imperio Parto y su extensión donde el Cristianismo fue principalmente aceptado y adoptado. El poder de las comunidades Cristianas estuvo concentrado en las áreas de Adiabene y su capital, Arbela (Irbil), y Osrhoene con su capital Edessa (Urrhai), uno de los primeros centros del Cristianismo en Asia Occidental (7). La ciudad de Edessa está relacionada con otra referencia acerca del desarrollo del Cristianismo y su área de influencia. De acuerdo con este aspecto, el fundador de la comunidad de Edessa y de todo el Cristianismo en Asia Occidental fue el Apóstol Tadeo (8). La creación de los primeros centros Cristianos en la ciudad de Edessa y las regiones cercanas a ésta tomó lugar en un entorno donde el Arameo fue el elemento principal entre muchos dialectos Semíticos (9) El dialecto Arameo oriental de Edessa sería una lengua litúrgica y literaria de la Iglesia Oriental (10). Especialmente en el Estado Sasánida el Arameo pretendió ser la lengua oficial de la Iglesia Cristiana y sería usada ampliamente en la administración y la vida financiera. Las comunidades Judía y Cristiana de Adiabene y Osrhoene y las regiones al este del Éufrates fueron el centro de la expansión Cristiana en el Irán Sasánida. Estas comunidades estuvieron siempre en medio de conflictos entre Romanos y Partos, ya que fueron de gran importancia para el comercio y las actividades financieras de la época. El significado de la estrategia de Edessa y Arbela les permitió controlar la transferencia de mercancías desde el mundo oriental al occidental y lo opuesto también (11). La concentración de los esforzados misioneros Cristianos en los importantes centros urbanos fue un propósito, ya que ellos se dieron cuenta de la fuerza de la influencia de la nueva religión en áreas vitales, en orden de lograr la estabilidad del nuevo credo (12) Los métodos para atraer nuevos miembros a las comunidades Cristianas fueron la mayor parte del tiempo anónimos y silenciosos (13). La conversión pudo suceder en todas partes, en cualquier tiempo y bajo cualquier circunstancia Las fuentes de las primeras centurias d.C. no aclaran acerca de este tema pero los textos hagiográficos de la era Sasánida dan una buena imagen de las prácticas concernientes a la atracción de nuevos miembros en sus comunidades (14). Como fue escrito en la parte principal del presente trabajo, la ideología de la religión Cristiana incluyó todas las formas humanas, cualquier clase social, tribu y edad. El carácter liberal de la nueva religión con respecto a las religiones anteriores fue dando una ventaja para el incremento de la popularidad y la atracción de nuevos miembros. Una de las principales características que tuvieron las prácticas para la conversión al Cristianismo fue el acercarse a la mujer, la parte más "débil"de la familia en este periodo de tiempo, cuyo rol como quiera que sea fue de un significado crucial para el orden moral de la familia y la sociedad. Conforme a la "Vida del Santo Ias", el mártir estuvo en contacto con otras mujeres de diferentes clases sociales "y ella estuvo predicando la palabra de Dios" (15).El proceso de admisión del resto de los miembros de la familia comenzó en el momento en el que las mujeres no-Cristianas fueron aceptando la enseñanza Cristiana. La mujer informó a su esposo y a sus hijos acerca de la nueva religión. Está claro que el poder de la predicación Cristiana hizo que fuera fácilmente aceptada en la población femenina y la aceptación de ésta predicación de parte de los miembros femeninos del Zoroastrismo y otras religiones fueron las bases para una futura acogida y adopción de la religión Cristiana de parte de los Iranios en el período Parto y Sasánida (16). De este modo, la actividad de los misioneros Cristianos se manejó para atraer a la nueva religión a miembros de diversas clases sociales, aún aquellos de las clases altas (aristocracia, clero, etc.). Como resultado, la nueva secta incrementó su poder creando nuevas comunidades en diversos centros urbanos. (17). El desarrollo de las comunidades Cristianas en el Imperio Parto fue gradual. En la primera centuria los pasos fueron lentos, ya que los Cristianos no estaban listos ni tampoco tenían experiencia en el plano administrativo para organizar sus comunidades. Otra característica de la nueva secta fue un elemento positivo, desde que los Cristianos fueron bautizados nuevamente estuvieron fascinados por lo excitante de la nueva predicación. De todos modos la ventaja de la fascinación emocional no se mantuvo con el mismo nivel de maduración en la organización de los temas. Por otra parte los Cristianos tuvieron que lidiar con la actitud negativa de las otras religiones y especialmente el clero Zoroastriano. Aún cuando la influencia política de los sacerdotes no fue fuerte, ésta fue incrementándose gradualmente. Por otra parte los Cristianos habían experimentado antes las persecuciones del Estado Romano (18). Durante la cuarta centuria las dificultades para la predicación del Cristianismo todavía existían. De todos modos mientras en el Imperio Romano la situación se iba tornando más difícil, algunos Cristianos del Imperio Parto se fueron multiplicando gradualmente. Las condiciones eran todavía contrarias pero el gobierno Parto con su política religiosa tolerante contribuyó al florecimiento y desarrollo de las comunidades Cristianas en este terreno.(19). Los detalles para este período temprano del desarrollo de las comunidades Cristianas son pocos y raros. Como quiera que sea ellos nos dan un material valioso para la creación de un aspecto acerca del número de estas comunidades y las regiones de su desarrollo. El resultado de este esfuerzo misionario total de Cristianos fue la creación de un vasto sistema de comunidades en la región del Fértil Creciente. Estas comunidades se organizaron como diócesis con su propia jerarquía clerical y administrativa. En la segunda mitad de la 2ª. centuria (alrededor del 150) Eusebios se refirió a un conflicto interno Cristiano durante la Celebración de la Pascua. Muchos obispos (Víctor a cargo de la Iglesia Romana) de las ciudades Mesopotámicas tomó parte en este conflicto, algunos de ellos eran de la diócesis del Imperio Parto, como ser Osrhoene (20). La conexión del Rey Abgar VIII de Edessa con la religión Cristiana fue el elemento que hizo de Edessa el centro Cristiano más importante del Imperio Parto. (21). En 224/6 el número de las comunidades Cristianas fueron más de 20 y ellas se extendieron principalmente sobre una larga franja del Creciente Fértil, incluyendo las ciudades de Bet Zabdai en el norte, Karka de Bet Selok y situado al sur, Susiana con las ciudades de Bet Lapat, Hormizd-Ardashir y Mesene (Peret de Maisan) (22). Las fuentes están de acuerdo en que estas comunidades de Mesopotamia fueron fundadas de una forma organizada desde los primeros años de la 2ª. centuria. De todos modos, esto no significa que los Cristianos fueran numerosos en ese tiempo. Por el contrario, los Cristianos crearon un tipo de comunidad cerrada con solo algunos miembros por razones de seguridad. Gradualmente la actitud positiva de tolerancia del Estado Parto dio la oportunidad a estas comunidades de incrementar sus miembros. Fueron fundadas diócesis con las cuales dieron un carácter oficial a la existencia de estas comunidades y llegaron a ser un órgano administrativo para la comunicación con las autoridades oficiales de Partia (23). El contacto de diversos obispos debió ser especialmente cordial y tuvieron en consideración el vigor del elemento Cristiano en el Imperio Parto. (24). Este desarrollo y proceso gradual fue mantenido hasta la derrota y caída del último Rey Arsácida, Ardavan V, por Ardashir I, fundador de la dinastía Sasánida, en Hormuzdgan (224 d.C.). Durante el período Sasánida de Irán, el Cristianismo se expandió más allá de la Meseta Irania y, como resultado de su expansión, el poder de la religión Zoroastriana y sus clérigos serían amenazados. La lucha del Cristianismo y el Zoroastrismo en la tierra de los Iranios había comenzado y continuaría a lo largo de la era Sasánida (hasta 651). Esta lucha llegaría a ser una parte de la oposición política entre los Sasánidas y los Romanos en el mismo período de tiempo. (25). Notas(**) Evangelos Venetis (c.PhD - University of Edinburgh, UK) & Dr. M. Alinia Mozdoor (University of Ioannina, GR)
(1)La creación de divinidades mediante la mezcla de sus rasgos anteriores es uno de los elementos básicos de este período. La adoración de figuras que presentaron rasgos comunes con motivo de los rituales y las características de tales divinidades , como Verethraghna-Hércules, Tir-Apolo y Anahita-Athena, son algunos de esos ejemplos de mezclas religiosas en la Antigüedad Tardía. Ver Duschense - Guillemin, "Zoroastrian Religion"CHI 3 (2), p. 874. Acerca de la existencia de rituales comunes de Anahita y Atena ver Chaumont, "Le culte d"Anahita a Stahr et les premiers Sassanides", RHR CLVIII (1960), p.161.
(2) Debido a la naturaleza del carácter puro de los Iranios en la dinastía Sasánida, aún hoy el ciclo histórico oficial de Irán comienza con la aparición de los Sasánidas en el trono de los Iranios. Ver Frye, The World of Late Antiquity, (London 1976), pp.227-228. Ghirshman, Iran (London 1978), p.289.
(3) La religión Cristiana incluyó un amplio campo de seguidores de variadas tribus. Ver P.Brown, The World of Late Antiquity, (London 1971 - rep.1989) pp.163-165.
(4) Tacitus considera a la nueva religión como "exitiabilis superstitio", una superstición perniciosa que hizo desbordar a Roma . Ver Tacitus, Annales xv 44. Plinius Secundus, enterado de la importancia y la amenaza de las nuevas sectas religiosas, aconseja a Trajano acerca del tratamiento de los Cristianos en Bithynia de Asia Menor, donde el estuvo a cargo de las autoridades Romanas. Ver Plinius Secundus, X 96.
(5) La actitud de la administración Parta fue medianamente moderada aunque las excepciones de comportamiento estricto no fueron pocas. Synelle, Diplomatikes Sxeseis, p. 49.
(6) Hechos de los Apóstoles, B. 9.
(7) Sozomenos se refirió a estas regiones y a la expansión del Cristianismo, Sozoemos II 8,2. Además ver Christensen-Ensslin, "Sassanid Persia", CAH XII, p.121 y Labourt, Le Christianisme dans L"Empire Perse sous la dynastie Sassanide (Paris 1904), p.18.
(8) Acerca de esta fuente ver Eusebios, Ekklesiastike Istoria II, 1, 6-7. Ver también Waterfield, Christians in Persia, (London 1973), p.17 y Burkitt, "The Christian Church in the East" , CAH XII, p. 493.
(9) Este múltiple mosaico lingüístico se desarrolló desde el VIII siglo b.C.. Ver Waterfield, op. cit, p. 18.
(10) La lengua Aramea hablada y escrita, es todavía usada por los Cristianos en las regiones del Sur de Iraq y en Irán (Luristan, Iranian Azarbaijan, etc.)
(11) Asmussen, "Christians in Iran", CHI 3 (2), p. 924. Algunos de los santos de la Iglesia Oriental durante el período Sasánida fueron comerciantes profesionales. Ver John of Ephesus, "Vida de los Santos Orientales" v.II, P.O.pp 576-77.
(12) El desarrollo de las comunidades Cristianas en ciudades donde la población judía tenía el monopolio comercial y sus paralelos co-existentes no fue pacífico y se caracterizó por el espíritu de competencia con una doble característica, financiera y religiosa. En este estado primitivo se pueden detectar los orígenes de la relación competitiva y la co-existencia de Judíos y Cristianos en el estado Sasánida en las siguientes centurias.. Ver Bowman, "The Sasanian Church en the Khargh island", Todo (1974), pp. 218-9. Mucho más tarde (6ª. centuria) el Cristianismo florecerá en un sistemático camino en muchos otros importantes centros financieros de Asia Central, como Merv in modem Afghanistan. Ver Bosworth, "The Coming of Islam to Afghanistan", Islam in Asia 1, South Asia, de. Y. Friedman, Jerusalén 1984, pp.7-8. Las ruinas arqueológicas en la isla Khargh en el Golfo Pérsico entre Bahrain y Boushihre evidencian la rápida expansión del Cristianismo durante el periodo Parto. De acuerdo con un himno Cristiano Arameo, hubo Cristianos en la isla desde el 150 y su profesión estuvo principalmente relacionada con la colección de perlas. Ver Bowman, op. cit., p. 217. En el mismo lugar hay ruinas de un monasterio Cristiano, debajo del cual se encuentran catacumbas. Una descripción analítica de estas catacumbas fue dada por Herzfeld, "The Archaeological history of Irán", Museo Británico 1935, p.104. La importancia financiera y el lugar estratégico para el comercio de la isla de Khargh y otros lugares del Golfo Pérsico atrajeron a la primera población Cristiana para asentarse allí y expandir su religión a los habitantes que ya estaban en el lugar . Ver Whitehouse & Willamson, "Sasanian Maritime Trade", Iran XI (1973), p. 47.
(13) Asmussen, op.cit., p. 925.
(14) Hay una brecha cronológica en el periodo Parto y Sasánida respecto a la divulgación de la nueva religión, puesto que las circunstancias fueron diferentes. De todos modos a través del estudio de las fuentes hagiográficas algunas pueden detectar aquellos elementos referentes a las prácticas de conversión durante la era Sasánida.
(15) Les Versions Grecque des Actes des Martyrs Persans sous Sapor II, t. II, P.O., pp. 455-456.
(16) Brock-Ashbrook Harvey, Holy Women of the Syrian Orient, p. 65.
(17) El Cristianismo se desarrolló rápidamente en muchas regiones del Imperio Parto, como Kashkar (moderna Iraq), Mesene (Basra-Muhammera), Susa, Rew Ardashir (Bushihre) y la costa Árabe del Golfo Pérsico en Qatr (Bahrain), ver Herzfeld, op. cit., p. 103. Además la religión Cristiana fue ampliamente aceptada en las regiones del norte de Bet Zabdai, Karkha de Bet, etc. Acerca del número y los nombres de las ciudades del Creciente Fértil, donde el Cristianismo floreció, ver Christensen, "L'Irán sous les Sassanides )Copenhague 1944), p. 39. Asmussen, op. cit., pp. 925-926.
(18) Las persecuciones de los Romanos fueron imitadas por la política Sasánida contra la población Cristiana del estado Sasánida.
(19) La actitud de algunos gobernantes Partos (Arsácidas) fue especialmente positiva y vigorosa para los Cristianos. La política positiva de Vologases III hacia estos Cristianos crearon un terreno estable para el desarrollo del Cristianismo por cerca de media centuria (148-191). Ver Asmussen, op. cit., p. 925.
(20) Eusebios, V 23-24.
(21) Acorde con el sistema monetario de Abgar VIII (180-192), el símbolo de la cruz aparece notablemente , como prueba de la enseñanza y adopción de la religión Cristiana. Ver Waterfield, op.cit., p. 17.
(22) De acuerdo con la crónica Siríaca de Mela, hubo comunidades no-Cristianas en las ciudades de Nisibis y Ctesiphon, en donde el poder del clero Zoroastrio fue tradicionalmente grande. Ver Asmussen, op. cit., p. 925.
(23) Synelle en su disertación Oi Diplomatikes Sxeseis, p. 49, menciona que no hay evidencia acerca de la existencia de comunidades Cristianas organizadas en Persia antes del ascenso de los Sasánidas. Por el contrario, la Crónica de Arbela señala que durante la época del cambio dinástico en Ctesiphon hubo aproximadamente 20 obispos Cristianos, Ver Chr. Arb., 30 II, 55, p. 106.
(24) De todos modos, a pesar de esto el incremento del número de las comunidades Cristianas no fue realmente grande en proporción con los miembros de otras sectas religiosas del Imperio Parto. El Paganismo fue todavía fuerte durante las primeras dos centurias d.C. Ver Asmussen, op. cit., p. 928.
(25) Ver Venetis, "Some Notes on the Zoroastrian Clergy's Policy and the Roman - Sassanian Conflict (3rd cent.)", JOAS 11 (2002), (Próximamente)